Boletín # 67
En el verano del 6 agosto de 1945 la ciudad de Hiroshima se convirtió en un desierto cubierto de cenizas y carente de vida tras la bomba atómica por parte de las fuerzas militares norteamericanas. Parecía que nada podía sobrevivir al desastre ocasionado por el bombardeo.
Sin embargo, en la siguiente primavera, empezaron a crecer nuevas plantas que, con el tiempo, se convirtieron en árboles - Cinnamomum camphora (Alcanforero). Esta obra de la naturaleza animó a los sobrevivientes japoneses en su lucha por la reconstrucción de la ciudad.
Para difundir este mensaje de paz, grupos de ciudadanos de Hiroshima, junto a Naciones Unidas y la organización ANT –Hiroshima, comenzaron a juntar y distribuir las semillas de estos árboles y así crear jardines de paz en diferentes ciudades del mundo. Esta iniciativa se conoce como “
Green Legacy Hiroshima”. Hasta el momento, solo algunos países han recibido semillas: Rusia, países bajos, Sudáfrica, Chile, Argentina, Estados Unidos, Singapur y por supuesto, Colombia.
En el país, solo dos universidades tienen plantadas estas semillas, la Universidad Icesi es una de ellas, gracias a que hace parte del programa
Iniciativa Verde de Hiroshima, el cual recibió el premio
‘Legado del Futuro’ otorgado por la
Unesco como reconocimiento a la labor que desempeñan los países y universidades del mundo, en la reconciliación y promoción de la paz.
Este reconocimiento fue otorgado por la iniciativa voluntaria, que estableció salvaguardar y difundir en todo el mundo las semillas y plantones de este “sobreviviente” de los bombardeos atómicos llamado Alcanforero.
El director del
Centro de Estudios interdisciplinarios CIES de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Icesi,
Vladimir Rouvinski, quien representa el programa
Iniciativa Verde de Hiroshima, fue el responsable de traer las semillas a Colombia, gracias a la actividad Misión Asia que se realizó con los estudiantes del Programa de Ciencias Política y Relaciones Internacionales en el año 2012.
“Cuando visitamos Hiroshima, los integrantes del programa Green Legacy Hiroshima me dieron las semillas para que las plantará en mi país de residencia, como símbolo del trabajo en conjunto que hacemos por la construcción y búsqueda de la paz. Yo recibí las semillas con mucho honor, pues sabía que me estaban confiriendo una labor muy importante pues para los habitantes de Hiroshima los árboles que sobrevivieron a la bomba atómica son símbolos de que la vida es posible, aun cuando todo parece acabar” aseguró el profesor Rouvinski.
“Sembré las semillas en mi casa, y cuando ya tenía el retoño lo entregué a la Facultad de Ciencias Naturales de Icesi y a la Fundación Valle del Lili para que ellos lo sembraran en el lugar más adecuado y se encargaran de su cuidado, Hasta la fecha, gracias a los esfuerzos de José Ivan Porras y su equipo, el árbol de alcanforero crece bien y es nuestro símbolo de resiliencia”, puntualizó.
Más información:
Vladimir Rouvinski - Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla..c