Boletín de prensa #435
Hoy se celebra el "Día Mundial del Árbol" y para celebrarlo, María Camila Pizano, profesora del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Icesi, realiza un análisis sobre el bosque seco en Colombia, para concientizar a las personas, sobre la necesidad de proteger las superficies arboladas. Análisis de María Camila Pizano, profesora del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Icesi, Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla. 13495161_10154314537897658_5526635564660245293_n El bosque seco es el ecosistema más amenazado del Valle del Cauca El bosque seco tropical (BST) se conoce como tal porque presenta una fuerte estacionalidad de lluvias con al menos tres meses de sequía (menos de 100 mm/mes) durante el año. Es el bosque que solía cubrir muchas de las zonas calientes donde vivimos y vamos de vacaciones los colombianos como la Costa Caribe, los valles interandinos del Cauca y el Magdalena, y los Llanos. Sin embargo, pocos reconocemos este bosque como un ecosistema de importancia para la conservación. De hecho los bosques secos han sido siempre considerados “rastrojeros” o “chamiceros” donde no se produce nada.
Contrario a esta percepción, el bosque seco tiene una biodiversidad única de plantas, animales y microorganismos que se han adaptado a condiciones de estrés hídrico, por lo cual presenta altos niveles de endemismo. Es decir que cuenta con varias especies que sólo habitan en este tipo de bosque. Presta además servicios fundamentales para las comunidades humanas como la regulación hídrica, la retención de suelos, y la captura de carbono que regula el clima y la disponibilidad de agua y nutrientes. Dado que este bosque se distribuye en zonas de suelos relativamente fértiles, y tiene un clima benéfico que favorece a pocas enfermedades de plantas y animales, históricamente ha soportado a grandes asentamientos humanos. Como consecuencia, el BST es considerado el ecosistema más amenazado del neotrópico y uno de los sistemas naturales con mayor interés para la conservación de la biodiversidad.
En Colombia, este bosque se encuentra en seis regiones: el Caribe, los valles interandinos de los ríos Cauca y Magdalena, la región NorAndina en Santander y Norte de Santander, el valle del río Patía, y en afloramientos rocosos en los departamentos de Arauca y Vichada en los Llanos orientales. Contiene casi 2600 especies de plantas y al menos 230 especies de aves y 60 especies de mamíferos. Originalmente el bosque seco cubría 9´000.000 ha en Colombia, de las cuales en el 2014 se estimó que quedaban menos de 700.000 ha, (correspondiente al 8% de la cobertura original; Este bosque se ha declarado como un ecosistema estratégico por el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, sin embargo apenas un 5% de su cobertura actual se encuentra protegido bajo alguna figura de conservación. Más aún, el elevado estado de fragmentación y degradación, además de las presiones antropogénicas que impactan al poco bosque seco que queda en el país, hacen que este ecosistema sea de máxima prioridad para la conservación en Colombia. En un estudio reciente del Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (IAvH), se encontró que el bosque seco presenta un estado crítico de fragmentación, ya que en 4 de 6 regiones del país existe en fragmentos de menos de 100. Adicionalmente, casi el 78% del bosque seco que queda en Colombia está conformado por rastrojos y bosques secundarios, es decir bosques en procesos incipientes o iniciales de recuperación o regeneración. Esto indica que tan sólo el 22% puede considerarse bosque maduro con las propiedades de un bosque como son un dosel y un sotobosque desarrollados. Por otro lado, las presiones antropogénicas que más afectan a los boques secos del país son la ganadería, la infraestructura humana, y la agricultura. En el valle geográfico del río Cauca había una extensión original de 114,823 ha de bosque seco, de las cuales quedan tan sólo un aproximado de 21,892. Mas aún, el promedio de tamaño de fragmento de bosque seco es menor a 35 ha y el bosque seco maduro es casi inexistente, lo cual indica que en esta región el BST esta severamente fragmentado y degradado. En el departamento del Valle del Cauca el paisaje está dominado por coberturas de origen antrópico como los pastos, los cultivos (principalmente de caña de azúcar), las zonas urbanas y los rastrojos. El bosque seco se distribuye en más de 1600 fragmentos con un promedio de área de 6 ha, lo cual es extremadamente pequeño y riesgoso para las plantas y animales que subsisten en áreas tan reducidas de bosque. Por ejemplo, algunos estudios demuestran que estos bosques todavía conservan una alta diversidad de plantas, sin embargo es probable que sus poblaciones estén muy reducidas. Mas aún, apenas algunos de los pocos y pequeños fragmentos de bosque seco del departamento se encuentran en predios públicos y bajo alguna figura de protección como El Parque Regional El Vínculo (Buga), la Reserva Natural Laguna de Sonso (Buga) y el Jardín Botánico Juan maría Céspedes (Tuluá). La gran mayoría de los fragmentos de BST se encuentra en fincas privadas como Colindres (Jamundí), Las Chatas (Buga), El Tíber (San Pedro), El Medio (Zarzal), Las Pilas (Zarzal), Potrerochico (Cartago) y El Hatico (El Cerrito).  Más información: María Camila Pizano, profesora del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Icesi, Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.