Este intercambio, más que nada, me ha servido para crecer en todas las áreas de mi vida. Nunca había vivido sola, y a pesar de que me estoy quedando con unos amigos de mi familia, acá uno se vale por sí mismo el 100% del tiempo, lo cual trae una gran responsabilidad. Un intercambio es todo un reto pues hay un choque cultural gigante, nuestras costumbres colombianas no son las mismas que las norte americanas, sin embargo algo que me ha gustado mucho de Nueva Orleans es la amabilidad de las personas, a donde vayas siempre hay alguien que está dispuesto a ayudarte como pueda con una sonrisa en la cara.

Uno de mis motivos principales para hacer este intercambio, era la práctica. Este era el primer paso, para adecuarme al entorno, conseguir contactos, experiencias y empezar mi proceso. Esta planeación la empecé con un año de anticipación, fue difícil porque me programé para adelantar la mayor cantidad de materias y dejar para el intercambio las electivas, así es más fácil conseguir la homologación y no atrasarse. Tulane tiene un programa muy bueno de acompañamiento en el proceso de búsqueda de la práctica, la clave es atender en lo posible a todos los eventos que ellos ofrecen, pero sobre todo hablar con los profesores, ellos tienen muchos contactos y están felices de ayudar a los estudiantes a conseguir su práctica acá.

A pesar de mis intenciones iniciales, me he dado cuenta que sin importar el resultado, la experiencia de estudiar en Tulane, de vivir sola, de cambiar de cultura y de forma de vivir son cosas que han hecho que todo esto valga la pena. La universidad está ubicada en un sector universitario, hay como otras 3 universidades cerca y todas ofrecen eventos todos los días de la semana, también, hay un sin número de grupos, comunidades y fraternidades que de igual forma realizan actividades semanalmente, así que hay muchas oportunidades de integrarse con otros estudiantes, en mi caso me uní a una de las comunidades cristianas, ellos realizan muchas salidas como a la playa, de campamento, laser tag, o simplemente ir a comer, esto me permitió, no solo conocer muchas partes de la ciudad sino también conocer estudiantes de varias universidades locales.

Les mentiría si les digo que todo es color de rosa, a veces crecer es difícil pero todo sirve para forjar nuestro carácter. Dejar a mi familia, a mi novio, mis mascotas y  mis amigos ha sido duro, no les miento cuando les digo que se pasan muchos momentos de soledad, así estés rodeado de personas, te das cuenta de que dejas las relaciones más cercanas que has tenido y llegas a un lugar  donde nadie te conoce y te toca iniciar completamente desde cero. Cuando llegué me recibió mi tía que venía desde Dallas, ella me ayudó a instalarme, me enseñó muchas cosas de la cultura, cosas que yo no tenía ni idea que se hacía de ese modo, porque una cosa es venir de vacaciones y otra es prepararse para vivir acá.

Yo me estoy quedando en un lugar como a media hora de Tulane y muchas veces nos quejamos del MIO en Cali, pero la verdad es una bendición comparado con el transporte público de acá. Gracias a Dios mi tía me ayudó a conseguir un carro, lo que me motivó a conseguir un trabajo para pagar las cuotas y ayudarme con los gastos, esa es una ventaja de la visa J1, te dejan trabajar siempre y cuando sea en algo de tu área de estudio o en el campus. Esto ha sido muy constructivo, he podido interactuar en un entorno laboral y conocer más de cerca a los habitantes y estudiante de la zona. Algo que no me esperaba es la cantidad de estafas acá en los Estados Unidos, hay muchas personas que se quieren aprovechar de gente joven y aún inexperta, por ese lado mi consejo es que tengan cuidado a donde vayan, muchas veces pensamos que Colombia es un país peligroso, pero la verdad es que el peligro está en todas partes.

Esta universidad no fue mi primera opción, ni siquiera Nueva Orleans estaba entre mis planes, pero sin duda, “lo mejor es lo que resulta”. Tulane es una universidad de prestigio en Estados Unidos, antes de venir, muchas personas me hablaron de lo buena que era, muchos profesores de ICESI han venido a hacer maestrías y la verdad es todo un privilegio que ICESI tenga este convenio para sus estudiantes. Acá llegan estudiantes de todas partes de Estados Unidos y el mundo, de hecho, son muy pocos los estudiantes locales. Las instalaciones son de otro mundo, el campus es gigante, la universidad la atraviesan varias calles, es tan así que me compré una patineta para moverme de un edificio a otro y ha sido lo mejor. Otra ventaja que encontré es que gracias al nivel que tiene ICESI, el cambio no es para nada difícil, la carga incluso puede que sea menor acá, siempre y cuando tengan dominio del idioma.

Mi invitación es que no se queden solo con la realidad que tienen en frente, el mundo es gigante y hay muchas cosas por conocer, un intercambio es una experiencia única y me parece de total relevancia para el crecimiento personal y profesional. Aprovechen los convenios que tiene ICESI, porque de otra forma no habría podido tener el privilegio de estudiar en una universidad como Tulane.

Daniela Mosquera
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