Un intercambio es una experiencia demasiado enriquecedora tanto a nivel personal como a nivel profesional. En este, te logras insertar en culturas totalmente distintas a las de tu país, interactúas con muchas personas de distintos países, con diferentes formas de pensar, tradiciones muy variadas, haces muchos contactos, conoces lugares hermosos y realmente te inmersas en un mundo de gran diversidad donde te sientes más independiente, libre pero donde tienes que asumir mucha más responsabilidad, cuidado y cada situación por la que pasas te forma como persona, asumes más madurez y nunca paras de aprender.

A mi me salió la oportunidad de viajar a dos destinos muy distintos entre si, pero que cada uno me ha dado grandes enseñanzas. Por una parte, durante mis primeros dos meses, viaje a Estados Unidos, a una ciudad universitaria llamada Newark donde participe de un programa de verano en investigación en la Universidad de Delaware. Esta ciudad, es bastante pequeña, donde prácticamente toda la ciudad es el campus universitario y casi todo tiene que ver con la universidad, las tiendas, los sitios para salir, y hasta la heladería. En esta ciudad el transporte público no es algo muy frecuente por lo que me toco acostumbrarme a caminar a la mayoría de los sitios a los que íbamos. Menos mal muchos de los lugares quedaban a una distancia considerable para hacer esto, algo muy distinto para mi porque en Cali jamás caminaba. Por otra parte, aunque era una ciudad pequeña, el estado, el cual es Delaware es muy interesante porque en este se estableció la familia Dupont y fue en el que inicio su gran empresa por lo que hay demasiados lugares históricos, mansiones, museos y jardines que se pueden visitar. A demás debido a que esta empresa paga grandes impuestos al estado, los impuestos en ventas han sido eximidos por lo cual se encuentran increíbles descuentos. Igualmente, la ciudad esta ubicado en un punto bastante estratégico porque esta en la mitad de grandes ciudades como por ejemplo Washington D.C, Philadelphia y Nueva York, que quedan a tan solo una hora y media en bus, lo que me permitió salir a conocer bastante.

La experiencia tanto en el laboratorio como en la residencia con los diferentes extranjeros y locales me pareció muy divertida, aprendí muchas cosas nuevas en el laboratorio, técnicas muy interesantes que no había puesto en práctica antes y conocí personas muy inteligentes de las cuales intenté absorber lo que más podía. Además, aprender de las costumbres de las personas, de las comidas típicas y de la gran diversidad de culturas que hay en Estados Unidos, con personas de todo el mundo fue algo muy gratificante, al igual que poner en práctica el ingles.

Por otra parte, para continuar con mi intercambio académico, viaje a Chile los siguientes cinco meses para realizar mi semestre de intercambio en Valparaíso, en la Universidad Técnica Federico Santa María. La elección del país y de la universidad se dio debido a que era un convenio que existía entre el departamento de Ingeniería Bioquímica y el centro de biotecnología de la Santa María para llevar a cabo el proyecto de grado. Chile, es un país desarrollado pero que tiene ciertas similitudes con Colombia, como por ejemplo los paisajes naturales o como en Valparaíso, el transporte público. Al inicio me costo un poco más adaptarme ya que, en primer lugar, era invierno y el frio no era algo con lo cual estaba muy acostumbrada, y por otra parte, así como muchos lugares de Latinoamérica, la inseguridad es un problema constante por lo cual como estudiante, teniendo que transportarme en micro (bus en chile) y caminar hasta mi casa era algo que me tenía preocupada pero con el tiempo fui adaptándome, devolviéndome a mi casa con mis compañeros de piso y otras estrategias de cuidado y precaución. Por otra parte, Chile es un país muy largo por lo cual tiene una gran diversidad de paisajes. Tiene desierto, salares en el norte, hasta glaciares, auroras australes en el sur y un sinfín de hermosos parques naturales. Valparaíso, es una ciudad costera, que tiene uno de los puertos más importantes de Chile, muy turística, bohemia y patrimonio de la humanidad. Los lugares son bastante coloridos, antiguos, con muchos murales, cultura y queda como a 10 minutos de Viña del Mar. Por otra parte, aunque es un país que habla español, los chilenos usan demasiados modismos y hablan muy rápido, por lo cual al inicio es un poco difícil entenderlos, pero con el tiempo, uno va aprendiendo las palabras que usan como guata, po, curado, caleta, weon, wea, cachai, entre muchas otras. Además, en septiembre son las fiestas patrias de Chile, por lo cual los chilenos se toman una semana entera libre donde se celebran las primeras juntas de la independencia y donde se viven muchos aspectos culturales, como los bailes (cuecas), la comida (empanadas, chorrillanas, parrilladas) y mucho trago (vino, pisco, cerveza, terremoto). También aproveche para lograr conocer varios lugares y con muchos de los extranjeros realice actividades que jamás había hecho antes, como acampar y hacer autostop, que para mi fue toda una aventura.

Por otro lado, la experiencia en laboratorio realizando mi proyecto de grado, me ha permitido estar con personas que conocen bastante del tema, aprender mucho de ellas, de sus consejos, de las técnicas, adquiriendo experiencia en el campo, desarrollando habilidades y generando mayor conciencia del mundo laboral que nos espera al salir de la universidad.

En general, el intercambio ha sido una experiencia bastante enriquecedora, que te permite madurar en varios aspectos y te ayuda a desarrollar habilidades que te conllevan a adquirir mayor independencia, como por ejemplo tener que cocinar, mercar, lavar, limpiar, resolver por ti misma situaciones, adaptarte a distintas circunstancias y cada vez intentar verle el lado positivo y bonito a cada una de las cosas que te ocurren, aprendes por montones y hasta el momento ha sido algo realmente gratificante para mi.

Luisa Tellez

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