cambio_climatico-830x516 Boletín de prensa#050 El profesor del Departamento de estudios Jurídicos de la Universidad Icesi, Álvaro José Henao Mera y coordinador del diplomado en Legislación Ambiental y Desarrollo Sostenible habla sobre las consecuencias económicas y políticas de no trabajar para reducir los efectos del cambio climático. lo invitamos a leer esta columna de opinión. ********* Dentro de las prioridades establecidas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para el año 2017, se encuentra lo que el Ministro Luis Gilberto Murillo ha denominado la mayor amenaza ambiental del país, sus consecuencias son devastadoras y quizás negar su existencia sería olvidarnos de los grandes avances científicos que el ser humano ha tenido en relación con el medio ambiente. Esta amenaza que día a día se reconoce con mayor fuerza en el mundo, es el cambio climático. El IDEAM explica en sentido meteorológico dicho fenómeno, como una alteración de las condiciones predominantes de los ciclos del clima, debido a procesos externos e internos. Frente a los primeros se encuentran cambios en la radiación solar o en los parámetros de la órbita del Planeta, actividades volcánicas y movimientos de la corteza terrestre; mientras que en los segundos se reconocen los procesos internos en el sistema climático los cuales pueden ocasionar de igual forma alteraciones en el clima. Sin duda, remontarse al pasado permite reconocer que el fenómeno del cambio climático, ha sido causado por la sumatoria de actividades humanas desde mucho tiempo atrás hasta nuestros días, debido a los procesos de industrialización y crecimiento económico. Los contundentes cálculos del aumento en la temperatura de la atmósfera, producto de la concentración de los gases de efecto invernadero, estudiados y expuestos en el año 1896 por el científico y premio Nobel de química Svarte August Arrhenius, son tan solo una evidencia que muestra que el ser humano está en la capacidad de anticiparse a muchos de los resultados negativos de sus actividades en el planeta. No obstante, la indiferencia en los diferentes círculos políticos y económicos alrededor del mundo frente al tema del calentamiento global, ha sido una constante desde hace muchos años que ha conspirado de manera directa para que este fenómeno producto de la actividad antropogénica, esté desbordando la capacidad de resiliencia del Planeta y sus ecosistemas (Holling, 1973).  Aún hay un sin número de políticos que no creen en este fenómeno, y continúan pensando bajo teorías negacionistas que afirman que el cambio climático no está asociado de manera directa a la actividad humana, sino que es un fenómeno habitual de la naturaleza, como han sido muchos otros. A pesar de las diferentes teorías, no se pueden negar las consideraciones existentes con referencia al cambio climático. La Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo (McNeill, 2003), determinó que el Cambio Climático tiene “graves implicaciones sociales, en particular, con repercusiones en la agricultura, los bosques, las reservas de agua… y, en definitiva, para la salud humana: aumento de la mortalidad asociado a las olas de calor y otros fenómenos extremos, incremento de alergias, enfermedades respiratorias, diferentes tipos de cáncer, etc.” Aclarando de igual forma, que los impacto no pueden ser determinados únicamente desde el punto de vista del agotamiento de los recursos naturales o desde la perspectiva social, pues este daño causa igualmente trastornos en las economías de la región. En Colombia, la Revista Semana publicó en el artículo denominado “5 impactos económicos del cambio climático en Colombia”, que el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lograron advertir que”…si no se adoptan medidas de adaptación, Colombia perdería en promedio 0,5 por ciento de su PIB en el período de 2011 - 2100, lo equivale a 3,8 billones de pesos por año…” Así las cosas, es dable concluir que los efectos del cambio climático a nivel mundial y en nuestro país, deben ser atendidos de manera inmediata, con acciones que permitan iniciar un proceso de adaptación que posibilite en ese sentido un desarrollo sostenible, de tal manera que las generaciones presentes logren sus metas de productividad sin comprometer a las generaciones futuras.