Boletín de prensa #169

a que suena pandemia

El cuidado colectivo al que nos enfrentan estos tiempos de pandemia implica que nuestras casas se han transformado, de la noche a la mañana, en salones de clase, oficinas y salas de juntas. Las mesas en las que cenábamos albergan ahora computadores, libros, blocs de notas, útiles escolares, lapiceros y crayolas. Hemos modificado los espacios de modo que podamos retomar las actividades laborales en nuestras nuevas sedes.  Acomodamos las cámaras de los computadores de manera tal que no se vea la loza sucia detrás de nosotros ni la ropa secándose en el patio. Pero, a través de los micrófonos de nuestros computadores se filtra la vida doméstica que queremos ocultar. No llevamos ni cinco minutos de clase cuando se levanta la abuela y prende la licuadora, mientras el perro ladra y las hermanas pequeñas se agarran a pelear por los marcadores con escarcha. Confinados en la casa, los sonidos de estos espacios se multiplican como se multiplican las actividades que se llevan a cabo en nuestras salas y habitaciones.

Una pantalla posibilita el acceso al mundo exterior y las ventanas traen vientos de fuera que refrescan las dinámicas de las familias que ahora conviven sin salir de casa. Pero, aunque estemos encerrados el sonido nos llega como testimonio de que afuera, la vida sigue su curso. Desde la ventana nos llega el sonido de la alarma de un carro que hace días no se mueve, una tos lejana, el silbido de la olla pitadora de la vecina y el helicóptero de la policía que sobrevuela la ciudad. Añoramos salir, retomar la calle, pero nos restan semanas de confinamiento.

Esta es una invitación a escuchar los entornos de la casa. A escuchar y documentar nuestra vida en la pandemia. “[H]asta las partículas pequeñas, como los virus, los átomos, etc., producen sonido, emiten sonido cuando chocan con las cosas. ¿Cuál es el sonido del virus?”, se pregunta el escritor Gonçalo Tavares y nosotras también nos preguntamos: ¿a qué suena la vida en tiempos de pandemia? De modo que les invitamos a grabar los sonidos de las casas, a recoger aquello que una/uno trata de esconder moviendo la cámara del computador, aquello que se filtra, que envuelve y que determina: el sonido de la casa.

 ¿Qué debemos enviar?

  • Una grabación de audio de 5 a 8 minutos. Si tienen grabadora de audio mejor, de lo contrario puede hacer una con su celular descargando una aplicación. El formato debe ser wav o mp3.
  • Una foto del lugar donde se hizo la grabación. La foto debe también ser la mejor calidad posible.
  • Un breve texto que contextualice lo que se está registrando (un párrafo)
  • Nombre (aunque también puede ser anónimo) y una pequeña biografía (un párrafo)
  • Locación: bario, ciudad, país.

 ¿A qué correo se debe enviar?

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