Boletín de Prensa # 053

LUCIANA azul

 

 

Prólogo

Luciana C. Manfredi

Soy politóloga (la politóloga que trabaja en mercadeo) y doctora en Management. Soy profesora del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales de la Universidad Icesi en donde trabajo hace 14 años. Soy argentina, hincha de River y del América de Cali, apasionada por la lectura y las películas, cinéfila hasta la luna y fanática de la ciencia ficción. Disfruto mi trabajo todos los días, me encanta estar entre estudiantes, ayudarlos en su proceso de aprendizaje, acompañarlos e impulsarlos a pensar diferente, salirse del molde. Investigo y publico en temas de mercadeo, comunicación, estrategia política y en toma de decisiones políticas y sociales, procesos de negociación y resolución de conflictos.

En los últimos tiempos me dedico a pensar sobre el rol de las redes sociales en la institucionalidad democrática, de qué forma podemos tener una mejor democracia y cómo contribuir a no generar noticias falsas para disminuir la polarización. En mis tiempos libres me encanta caminar con Theo, viajar, ir a cine y bailar salsa. El mejor comentario que he recibido en los últimos tiempos fue “usted ya baila como caleña”.

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Cuando era estudiante de Ciencia Política siempre estuve enamorada de mi disciplina, pero no tenía muy claro a qué podía dedicarme una vez me graduara. Tuve la oportunidad –en realidad, la necesidad– de trabajar durante toda mi carrera. Eso me permitió aprender en la universidad e ir ejercitando en la práctica. A mis 23 años me estaba graduando con una amplia experiencia profesional. Sin embargo, no era claro para mí cuáles pueden ser las innumerables posibilidades de una politóloga para desempeñarse profesionalmente.

A la Universidad Icesi llegué en el año 2005 como estudiante de posgrado. Mi llegada a la U se debió más al destino y a mi suerte en ganarme una beca del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior, Icetex, para estudios de posgrado. Fui la primera estudiante extranjera de posgrado con una beca del Icetex. La universidad me impactó positivamente por el ambiente, la belleza del campus, la gente, los profesores, todo me pareció diferente e interesante. Pero particularmente me encantó la metodología del aprendizaje activo. Esta metodología era desconocida y muy novedosa y aunque en un primer momento me pareció desafiante que la clase no fuese magistral, sino que los estudiantes tuviéramos que construir junto con el profesor o profesora el conocimiento, basado en discusiones, casos, aplicaciones. Finalmente, esto me llevó a pensar en que el aprendizaje activo les da la posibilidad a los estudiantes de experimentar y hacer, practicar y aplicar lo que van aprendiendo en la clase.

Cuando comencé a trabajar como profesora en la Universidad Icesi, el impacto fue un poco diferente porque pude darme cuenta de que la metodología que promueve aprendizaje activo representa un gran desafío, que supone que las profesoras y profesores estemos orientados tanto a lo teórico y conceptual como a la práctica, y que desarrollemos varios mecanismos experienciales para la aplicación de lo aprendido en clase.

En términos más teóricos, la teoría sobre el conocimiento organizacional, en inglés el Knowledge Based View of The Firm, plantea que, en términos de aprendizaje y conocimiento, resulta evidente el crecimiento del cono- cimiento experiencial (Kogut y Zander, 1992) como aquel conocimiento que proporciona el marco necesario para entender el entorno, percibir riesgos y retornos y para formular oportunidades de mercado (Lin, 2000). Poniéndolo en contexto de la clase y el aprendizaje activo, es tan importante el conocimiento generado conceptual como experiencialmente. Esto significa que poder experimentar, hacer, desarrollar, implementar, corregir, reformular es una forma de experiencia de aprendizaje que permite comprender mejor el entorno en el que se opera a efectos de hacer un mejor manejo de la incertidumbre y los potenciales riesgos, con el objetivo de mejorar el desempeño.

De aquí surge esta inquietud sobre hacer o no hacer. Si aprendemos mejor haciendo, por qué entonces no hacerlo. En este orden de ideas, y específicamente en Mercadeo Político, una de las materias que enseño, este concepto del conocimiento experiencial es llevado a la práctica a través de traer al salón de clases la experiencia de aprender realizando la planeación estra- tégica y el diseño de una campaña electoral para un político en campaña.

Mi experiencia en el salón de clases me indica que poder trabajar con actores reales, es decir, candidatos o candidatas en campaña a cargos de elección popular, les ha permitido a los estudiantes participar mucho más activa e interesadamente en el ejercicio. Y por supuesto, aprender mucho más del mismo.

Se trata de lo siguiente: invitamos a un candidato o candidata al salón de clases para presentar un brief. Esta persona les cuenta a los estudiantes quién es, qué hace, a qué cargo aspira y las razones de sus aspiraciones. Luego, los estudiantes se reúnen en grupos interdisciplinarios que ellos mismos forman, dado que en estas materias suele haber estudiantes de Ciencia Política, Mercadeo, Economía y Negocios, Economía, Derecho, Administración de Empresas, entre otros, y conforman un equipo de campaña que va a trabajar para presentar al candidato o candidata una propuesta de campaña al finalizar el semestre.

Este ejercicio lo hacemos todos los semestres. Suele haber entre cinco o seis grupos y, en alguna oportunidad, nuestras propuestas se presentaban al mismo tiempo con propuestas de otras universidades de la ciudad. Esto implica una sinergia con profesores y profesoras de otras universidades, y abrir espacios para que nuestros estudiantes interactúen con otros de otras universidades.

Al finalizar el semestre se hace una presentación de las propuestas de los estudiantes frente a un jurado compuesto por profesores del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales y de Estu- dios Políticos. Algunas veces contamos con la fortuna de tener la participación de profesores y profesoras de otras áreas o egresados de Icesi –que son invitados a presenciar y evaluar las propuestas–, funcionarios o periodistas, el candidato o candidata y su equipo de trabajo. Entre todos, retroalimentamos a los estudiantes, cada uno desde su área de experticia, y hacemos una sesión de retroalimen- tación al finalizar las presentaciones.

En mi experiencia personal, este tipo de dinámicas favorecen el aprendizaje experiencial, al mismo tiempo que fomentan el desarrollo de competencias blandas, como trabajo en equipo, liderazgo, innovación, creatividad, competencia en el marco del fair play, comunicación, pen- samiento crítico, entre otras. Dichas competencias blandas, además de mejorar el desempeño de los estudiantes dentro y fuera del salón de clases, los forman en su inteligencia emocional y los ayudan a prepararse para tener mejor desempeño en entrevistas de trabajo.

Adicionalmente, se hace énfasis en el desarrollo del ser humano de forma integral, poniendo el foco en la ética como base del desarrollo profesional. Esto resulta sumamente importante en su desempeño académico, profesional y en la vida pública. La idea es formarlos como ciudadanos, y esta experiencia los puede ayudar a eso. Dado que además de entender cómo se diseña una campaña electoral, ellos logran comprender el funcionamiento del Estado, las políticas públicas y el comportamiento electoral y ciudadano. Muchas veces terminamos hablando en clase sobre la importancia de lo público, de entenderlo, de generar valor público y cuán necesario es eso para mejorar el desempeño de los gobiernos y que esto pueda ser traducido en una mejora de la calidad de vida de nosotros, los ciudadanos.

Mi experiencia durante todos estos años ha sido muy positiva por varias razones: primero que todo, como politóloga puedo ejercer mi profesión, que quizás en mi época de estudiante no era del todo claro para mí a qué podía dedicarme. Esto me ha permitido no sólo ejercer mi profesión de manera responsable, autocrítica y con pasión y amor, sino también transmitirle esa pasión por la disciplina y ese amor por el ejercicio de lo público a mis estudiantes.

Como profesora esto me ha llevado a crecer. Cuando llegué hace varios años a Cali hubo una curva de aprendizaje, sobre todo por la metodología que usa la Universidad, que es diferente a la que yo había visto como estudiante, por la relación tan cercana que se establece con nuestros estudiantes y por la forma en cómo en el salón de clases vamos gene- rando entre todo este conocimiento y todos aprendemos: ellos y yo.

Como ciudadana me siento realizada porque sé que desde la academia le estamos aportando mucho a la ciudad, a la región y al país. Porque además de formar ciudadanos comprometidos con lo público, ciudadanos conscientes, ciudadanos activos y proactivos, estamos ayudando a lograr sus objetivos y aspiraciones a aquellos candidatos y candidatas jóvenes, que quizás cuentan con pocos recursos para diseñar una campaña, que realmente sueñan con cambiar la política tradicional y aportarle a la región.

Como mujer, profesional, politóloga, profesora y ciudadana esto me ha ayudado a entender con claridad cuál es mi rol dentro y fuera del aula, en los varios escenarios en que se cruza mi vida profesional y personal y lograr un aporte no solo al estudiantado, sino también a la ciudadanía. El reconocimiento de los estudiantes me lo recuerda siempre, y es algo de lo cual estoy sumamente agradecida y lo estaré siempre con mis estudiantes de Icesi.

Hoy por hoy, no imagino mi vida sin hacer lo que me gusta, sin enseñar, sin construir críticamente con mis estudiantes en el salón, sin el debate, sin el diálogo democrático que nos enseñe a ser nuevos y mejores ciudadanos, mucho más comprometidos, menos apáticos, más entregados e informados.

En un escenario global de polarización, en el que aparecen nuevos actores que tienden deliberadamente a polarizar los pensamientos, que buscan lograr sus objetivos a través de la mentira, el engaño y la generación de miedos, es importante que se abra el diálogo con los jóvenes, un diálogo centrado en el entendimiento, en el debate respetuoso, con información veraz y tendiente a la conciliación. También es importante para mí incentivar ese pensamiento crítico, tan necesario en la era de redes sociales y fake news. Poder contribuir a través del diálogo a que nuestros estudiantes no caigan en la trampa de las noticias falsas, la postverdad y la polarización es uno de mis principales objetivos y logros. Lograr hablar de las cosas, invitarlos al diálogo, a construir consenso con base en el disenso, es prioritario para mí y sé, porque ellos me lo manifiestan, que es importante para ellos. Es importante para mí como profesora y como mujer potenciar esos espacios de diálogo para que nuestros jóvenes vuelvan a enamorarse de su rol de ciudadanas y ciudadanos, abandonen la apatía y se vuelvan sujetos activos del aprendizaje y de la ciudadanía.

Referencias

Kogut, Bruce & Zander, Udo. (1992). Knowledge of the Firm, Combinative Capabilities, and the Replication of Technology. Organization Science, 3. August 1992.

Lin, N. (2000). Inequality in social capital. Contemporary Sociology, 29

(2000), pp. 785-795.

 

Libro completo:  Las Profes. Ellas enseñan, ellas relatan

 

Más informes: Luciana C. Manfredi, profesora del Departamento de Mercadeo y Negocios Internacionales, Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas, Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.