El negocio con Europa

En lo que se constituye un gran paso hacia la integración de Colombia en el mundo, hoy se firmará en Madrid el Tratado de Libre Comercio entre nuestro país y la Unión Europea. Aunque es una gran oportunidad para encontrar los mercados que necesitan los productos y lo empresarios colombianos, ello no puede significar el desequilibrio que liquide a sectores cruciales para la tranquilidad del campo colombiano.

El TLC con Europa puede calificarse como la posibilidad de impulsar la economía nacional. Es claro que la Unión Europea es el segundo mercado más importante del planeta, con más de 600 millones de consumidores cuyo ingreso per cápita alcanza los US$32.000 anuales. Y que se trata de un continente que demanda muchos de los productos nacionales que requieren mano de obra intensiva, los cuales padecen la incertidumbre de los acuerdos que los discriminan. Es el caso del banano, que con el TLC logrará una estabilidad en su tratamiento, imposible hasta ahora por los compromisos de Europa con sus antiguas colonias.

También es cierto que con el Tratado se abrirán las puertas de nuestro país hacia una dura competencia en materia tecnológica e industrial. Pero, a su vez, los industriales e inversionistas colombianos tendrán la posibilidad de competir en el mercado europeo, aprovechando las ventajas que ofrece Colombia, como por ejemplo invitar a los empresarios europeos a asociarse con sus iniciativas. O como tener acceso a recursos financieros y de todo orden, acatando las reglas de juego establecidas en el Tratado.

Es pues otra forma de enfocar las posibilidades de Colombia hacia la integración en los mercados internacionales, atendiendo a las realidades actuales antes que a motivaciones ideológicas. Y de responder a los problemas que se han presentado en el pasado reciente, como el bloqueo económico que el Gobierno de Venezuela aplicó a Colombia por razones políticas. O como el estancamiento que padece el TLC con los Estados Unidos, también por razones políticas aunque de distinto género.

Hoy también habrá protestas del sector lechero colombiano, que expresará sus preocupaciones sobre los perjuicios que puede ocasionarle el Tratado con Europa. Es conocido el enorme subsidio que la UE les otorga a los ganaderos y a la industria láctea de ese continente, por razones que nada tienen que ver con la eficiencia. Lo cual destruye cualquier posibilidad de competirle y por el contrario se convierte en amenaza ante la imposibilidad de igualar esa subvención.

Esa es la gran preocupación de los ganaderos y lecheros, que debe ser tenida en cuenta para evitar la ruina del campo y la industria agropecuaria, los sectores más sensibles de la sociedad colombiana y los más golpeados por la violencia y la precaria presencia del Estado. Escuchar sus inquietudes y evitar los perjuicios que causarán esos subsidios será tarea del Congreso cuando lo revise y apruebe. Y del próximo Gobierno. 
 

Fuente: www.elpais.com.co

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