Colombia no está montada en el bus de la bonanza petrolera

Hay que ahorrar ante la fuerte entrada de dinero y la tarea empezó con el plan de reforma a las regalías. Gobierno y empresarios hablan de crecimiento, pero prefieren ser prudentes con las cifras.

En el 2014, Colombia deberá estar produciendo 1,4 millones de barriles de petróleo equivalente por día (crudo y gas), lo que representa un 42,8 por ciento más, si se tienen en cuenta los 980.000 barriles con los que cerrará este año. Esa connotación, dice el ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado Noriega, “la convertirá en un país con petróleo, mas no en un país petrolero”, un asunto que, para quienes están en el sector, es clave dejar claro desde ya, en aras de evitar que los colombianos nos ‘subamos en el bus equivocado’.

El tema cobra importancia porque se ha hablado de bonanza y se espera que esta semana el Gobierno presente al Legislativo un proyecto para reformar el uso de las regalías. La idea es ahorrar en la época de ‘vacas gordas’ y distribuir de manera más equilibrada los ingresos.

En minería, la percepción es más entusiasta, debido a que Colombia figura en el radar de los inversionistas internacionales como un país abierto a la exploración y explotación de los recursos naturales, actividad que por años se marchitó ante las dificultades en materia de seguridad y por la inestabilidad en las reglas de juego para la inversión.

“Las condiciones actuales son atractivas y viene un importante desarrollo minero como nunca antes se había visto en la historia del país”, dice el presidente de la Cámara Colombiana de la Minería, César Díaz. Según las cuentas del Gobierno anterior, llegarán casi 60.000 millones de dólares adicionales de inversión extranjera directa en la próxima década, para la minería y el petróleo, monto que, a largo plazo, deberá generar mayores ingresos -vía regalías-, por cuenta de la explotación de los recursos naturales.

Sólo en el caso del carbón, con los planes de ensanche de las minas de los departamentos de Cesar y La Guajira, se espera pasar de 72,8 millones de toneladas producidas en el 2009 a 170 millones de toneladas anuales en el 2015.

Pero no hay que ser aventurados en llamar a esta coyuntura una bonanza, sostiene el propio ministro Rodado. “Tenemos que ser prudentes. Van a mejorar los ingresos, pero no se trata de una gran bonanza. No somos un país minero ni petrolero”, dice.

En hidrocarburos, el aumento de la producción está en los campos maduros y en los crudos pesados. “Por supuesto que se está haciendo exploración y eso dará sus resultados, pero hay que ver de qué magnitud”, agrega el ministro Rodado, quien la semana pasada explicó el alcance de esta coyuntura a la Comisión de Asuntos Energéticos del Senado.

Pero, más que prudencia, lo que proviene del propio gremio petrolero es un no rotundo a calificar el buen momento como una bonanza. “Esto no es boom, porque se trata de un tema estructural en cuanto a que la política de hidrocarburos está generando resultados”, señala el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), Alejandro Martínez, quien argumenta que se han generado incrementos en el nivel de las reservas con base en campos ya descubiertos, pero no se han dado todavía grandes descubrimientos. En todo caso, sostiene que, en los próximos 10 años, la producción de crudo seguirá creciendo.

En ese sentido, es válido exponer el criterio del vicepresidente corporativo de Pacific Rubiales, Federico Restrepo, en cuanto a la forma como en el mundo ven la producción de crudo en Colombia. “Es un país con petróleo, pero no tiene una industria desarrollada para ser considerado un país petrolero”, dice el directivo, quien lidera la segunda petrolera que más produce crudo en Colombia, superada sólo por Ecopetrol.

Y si bien las apuestas son prudentes, los cálculos dan señales de que las regalías aumentarán de manera significativa. Según la ACP, sólo por hidrocarburos estas llegarán a 11 billones de pesos en el 2015, desde un rango de 6,7 y 7,9 billones de pesos previsto para el 2010.

De ahí que el Gobierno se la jugará con una transformación en el manejo de las regalías, buscando la medicina para curar la enfermedad cuando se presente.

“La idea es empoderar más a las regiones en el manejo de esas regalías, pero el objetivo también es que se destine el grueso de los recursos a proyectos con un gran impacto regional”, afirma el jefe de Planeación Nacional, Hernando José Gómez.

Fuente: www.portafolio.com.co

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