Qué significa ser Muisca



Valentina Moreno Moreno

Estudiante de Antropología y Sociología

 

 

Bachué se dedicó a buscar un lugar seguro, donde pudiera vivir tranquila. Entonces pensó que lo mejor era bajar de la montaña hacia el valle, en donde se encuentra el pueblo de Iguaque, pues el clima era menos frío. Al llegar al sitio escogido, Bachué construyó una casa para vivir con el niño, tiempo después, el niño se hizo hombre y entonces se casó con Bachué.

(Mito “Bachué y el Origen del Hombre”)

 

Después de ayudar a recolectar la paja necesaria para la fabricación del bareque del auditorio que estaba en su proceso de ser bio-construido y debido a mi alergia por las bajas temperaturas de Ráquira, me encamine a reposar a un lugar tranquilo; sin embargo, la aguda voz de un niño mezclada con la voz femenina de una de las compañeras de la salida planeó mi presencia en el sofá en donde ambos conversaban divertidamente. 

Samuel, el chiquillo, le enseñaba a mi compañera ciertas palabras en Muisca y su respectivo significado, como Chiquye que significa Árbol de luz y es el nombre de su hermano menor, y también, le exigía que las anotara en su cuaderno (que en este caso hace las veces de diario de campo). Ese dialogo hacía que mi mente desembocara de inmediato en la conclusión profunda de que la identidad cultural del niño, tras sus procesos de socialización, crianza e interlocución con los demás a su alrededor, fuese Muisca. Además, recordando lo que hace unos días nos habían comentado Kathy y Cristian, el hecho de que el supiera algunas palabras del vocabulario chibcha, eso podría indicar que, efectivamente, el se identificara como un muisca más. 

Otra práctica suya que me aterrizó en la misma conclusión fue su cosmovisión tras habernos cantado la canción “Vientre” que aprendió del compañero de su madre que se desempeña como músico. La letra de aquella composición tenía dos elementos que parecían ser muy significativos y valiosos para Samuel: el primero, la importancia espiritual del agua, las plantas, los animales y, sobre todo, de la Madre Tierra; y el segundo, la historia de los procesos de colonización y el saqueo de tierras por parte de los españoles en el territorio. Así fue como él nos dijo: La canción me hace recordar a la Madre Tierra, que es un gran ser humano flotando en el espacio compuesto de agua, como todos nosotros; con sol y con animales que la acompañan. No es hombre ni mujer, es solo un ser humano y adentro estamos nosotros, que estamos encargados de cuidarla

De esta manera, y sin haberle preguntado, pude concretar aún más aquella conclusión de su identidad. Adicionalmente, otro indicio era la importancia que le daba a nuestra palabra y a la suya, considerándola como un tejido irrompible que debía continuar extendiéndose, como el del mambeaderoSin embargo, al llegar a la pregunta: ¿Tú te auto-reconoces como Muisca?, nos llevamos una gran sorpresa ante su respuesta de un no rotundo y de su explicación al respecto. Pues, nos explicó que los muiscas eran personas que vivieron hace miles de millones de años en el territorio. De este modo y frente a aquello, intenté encontrar respuestas en sus procesos de crianza y socialización proporcionados principalmente por su familia, como un agente importante en estos procesos, pues estos son claves para forjar su identidad, en la medida que va construyendo vínculos, relaciones e interacciones con los otros.  

Una vez entrada la noche, nos reunimos en el mambeadero junto con los mayores de la comunidad quienes estaban para hablarnos de la identidad música en cuanto a sus códigos éticos, valores y principios que la moldean, y a partir de aquello, comenzar a formar el tejido de la palabra entre todos los presentes. Durante el hilo, tuve una realización de que, ser Muisca, significa e implica ser gente, y esto, se configura en tanto el individuo va aplicando en cada etapa de su crecimiento físico, espiritual y social todos aquellos valores y principios éticos de honestidad, respeto y solidaridad. 

También, nos compartieron que aún no hay alguien que maneje totalmente la lengua, pero consideran un avance el hecho de que al ir por la cuarta generación ya se vayan recuperando progresivamente algunas palabras, oraciones y expresiones fundamentales para la lengua muisca y su complejo sistema de comunicación. Esto da cuenta de que, al asentarse en el territorio desde hace más de veinte años, se ha ido construyendo una nueva identidad muisca basada, no en el folclor, sino en prácticas fundamentadas en la sanación colectiva espiritual; en la medicina; en los conocimientos, saberes y prácticas ancestrales; en el lenguaje y la comunicación; en el cuidado del medio ambiente; en las relaciones y vínculos con lo humano y lo material; y en la construcción comunitaria del mambeadero. 

No obstante, al decidir contar la experiencia con Samuel y que los mayores y asistentes me escucharan con suma atención, el mayor me respondió algo que siempre quedará en mi imaginación etnográfica: Lo más normal fue que él les haya respondido que no. Si, por el contrario, el les hubiese respondido que sí, ahí sí habría algo extraño, porque el es un niño. Apenas está en su proceso de descubrir qué significa ser muisca y por eso mismo, el aún no tiene ni tiene por qué tener una respuesta elaborada frente a eso. Así que, a medida que el vaya creciendo y relacionándose con los otros, irá forjando su respuesta. 

Mientras el mayor daba su comentario frente a la experiencia, su compañera, Kathy y Cristian asentían y apoyaron aquella acotación diciendo que, inclusive si el nunca llegaba a identificarse como un individuo muisca, tampoco estaría mal por el hecho de que se le han socializado los principios y valores que configurarán su identidad y, por ende, sus relaciones sociales. Así que, esto da cuenta de la interrelación de ser muisca con ser gente

Así, me di cuenta de que ser parte de la comunidad muisca (y en general) no implica comunicarse por completo y con fluidez, tampoco, consiste en tener una cosmovisión específica, sino, en llevar los valores, principios, códigos éticos y prácticas culturales propias de la comunidad, que, claramente son la infraestructura de la identidad, a las relaciones, a los vínculos, a los espacios de interacción y a los territorios. Ahí está el ser gente

De esta forma, es como desde la Antropología y su método etnográfico nos preocupamos por entender a ese otro, que lleva consigo un microcosmos infinito compuesto por una cosmovisión, una serie de estructuras, unas prácticas culturales, unas experiencias, una historia y una memoria, y lo miramos con cierta capacidad de asombro, cayendo en fetichizaciones y concibiéndolo como una “pieza de museo”. Es así, que debemos pensar al otro desde su subjetividad evitando la expectativa esencialista de la razón de sus comportamientos y respuestas. 

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