Por: Juan David Berrio

Este año, después de la pandemia y el aislamiento social, se ha conseguido realizar nuevamente un study tour internacional (mi primero a la vez). Las expectativas eran altas, se cumplieron e incluso fue más de lo esperado.

Todo comenzó en Chile con la caminata de Luis Oliva (aproximadamente 20 km a pie), una experiencia enriquecedora con un ciudadano chileno que nos contó, no solo desde sus estudios académicos sino desde su experiencia como ciudadano, la percepción de la curiosa e innovadora situación que vive el país. Y digo esto, pues, es algo no solo de noticias o rumores, sino que se vive y se siente dentro de las calles chilenas. Aún recuerdo la frase que nos gritó un vendedor ambulante cuando le preguntamos dónde quedaba el Museo de la Historieta: ¡Chile no tiene ninguna historia, apenas la estamos construyendo! Opinión que es entendible después de haber visitado el Museo de Historia Nacional el último día.

Pasados los días, pudimos llegar a Buenos Aires. Una ciudad mágica y encantadora en su Arquitectura, gastronomía e historia, pero que sin duda contrasta con su economía. Siempre fuimos advertidos de esto, aunque creí verlo tan palpable. Por otro lado, los primeros días en Argentina pudimos asistir al Congreso WISC celebrado dentro de las instalaciones de la UCA. Fue un lugar muy curioso, pues nos permitió aprender de las temáticas expuestas por cada presentador, pero algo que no esperaba era su dinámica; Se hacía en forma de socialización de papers para una posterior retroalimentación del encargado. Dentro de esto vimos temas de migración, la posición latinoamericana dentro de las nuevas dinámicas mundiales, el orden liberal, etc. Así mismo, junto a Juan Pablo Milanese pudimos aprender y entender bastante más sobre ese complejo proceso histórico que ha vivido el país, el cual pudimos complementar con otro tipo de actividades como la visita al Museo de Inmigrantes, el Museo de Historia Nacional, e incluso las charlas con los tomadores de decisiones como la legisladora o los Think Tanks. Sin duda fue un espacio donde pudimos contrastar las dinámicas y las complicadas labores del político colombiano con el argentino y sacar conclusiones, así mismo la manera en que se vive la política entre ambos países. Finalmente, cabe destacar las dos actividades que más me llamaron la atención, que fueron la visita al CARI y la reunión con el consulado colombiano. Ambos lugares de gente muy amable, capacitada e inteligente. El primero, lo destaco porque fue gratificante para mí cómo estudiante ver a los grandes pensadores de la disciplina del país reunidos, discutiendo y simplemente compartiendo ideas sobre lo que se viene en las relaciones internacionales. De igual modo me abre el panorama sobre lo que yo creí saber sobre la disciplina. En cuanto a la visita al consulado, destaco su practicidad. Al ser un espacio en el que pudimos hacernos una idea sobre lo que es ser consulado (o semejantes) y el compromiso que se debe tener con el país.

Finalmente, también destaco mi actividad favorita en Chile, la cual se realizó el último día que visitamos el Museo de Memoria Histórica. Un museo súper completo sobre el proceso militar que vivió chile en la segunda mitad del siglo XX. Fue sin duda un espacio que me hizo reflexionar lo difícil que ha sido conseguir todo lo que los países podemos gozar hoy en día (y que aún falta) pero sobre todo que me permite agradecer cada cosa que tengo y me motiva para seguir velando por el bienestar de mi nación para que nunca se repita algo similar.

No me queda más que recomendar cada Study Tour, pues sin duda soy alguien diferente cada vez realizado uno. No solo por lo aprendido académicamente, sino que me rodeo y aprendo cosas de gente nueva e importante.